
Pero no hay que olvidar que tenemos armas, no, no sólo dientes, y uñas y codos y rodillas, y orgullo que nos haga avanzar incluso con el alma destrozada como bandera. No en vano somos las únicas criaturas capaces de soñar estando despiertas.
Si ha de venir, que venga. Podemos estar solos, pero no desarmados
Recordadlo
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