Mi experiencia del mundo no me satisface, por eso quiero que la poesía, la literatura, los surcos númicos que el arte teje entre mentes ajenas, sean los que me muestren el mundo, sean mi mapa del mundo. Quería hacer, como Manguel, un diario de lecturas, pero todo son fragmentos, brochazos, rayos de luz...
Como este que apenas puedo evitar:
El poeta italiano Torquato Tasso estaba tan convencido de la presencia numinosa en el mundo, que un día, sentado junto al fuego, vio un rayo de sol que entraba por una ventana y comentó: "Aquí está el espiritu amigo que ha venido cortésmente a conversar conmigo"
Mis diarios son fragmentos, cuando quiero empezar uno y releo los anteriores me doy cuenta de que pienso mediante citas, de que cuadros e imágenes que hoy han de suscitarme cosas distintas están sin comentar, de que guardo sin fecha dibujos que no acabo de entender; mis pensamientos, mis dibujos, plumas, cartas, piedras, poesías... la yo que fuí me deja un extraño testamento vital: mi obra como citas de mi obra entre las miles de citas ajenas que componen mis pensamientos.
"Que otros se enorgullezcan de los libros que han escrito, yo me enorgullezco de los que he leído"
J.L. Borges
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