jueves, 7 de mayo de 2009
La llave entregada
Aún cuando no queda la más leve línea del fuego
el dolor se queda bien dentro,
espina, pilar y amuleto;
nunca se va del todo
ni aunque los años sean un viento certero
Es palabra escrita, simiente y atracción por la muerte.
El dolor es una prueba
en la que todos resultan vencidos
El dolor marca como al ganado,
señala y aleja,
el dolor es una araña paciente
que va tejiendo miedos,
una tela de araña caliente
que nos encierra vivos.
No hay supervivientes, sino heridos.
Sé que he sufrido
y soy lo que soy por cuanto he luchado
contra ese dolor permanente,
cicatriz, espada, y el filo en la mirada,
quizá no fuera tanto dolor.
Hay tanta tragedia
tantos errantes con la mirada perdida
y la mente enjaulada...
pero fue dolor,
y queda,
como campana tocando a muerto
sin mano que la mueva,
voluntad fría y ritual recuerdo,
un eco de millones de pájaros negros,
pintando abismos en mi mente.
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