Una de las cosas que más me fascina de la ilustración es el color, herederos, en ocasiones más que los pintores que han ido evolucionando por otro lado, del peso y la fuerza del color con el que recreaban el mundo, los mundos, los miniaturistas: rojos imposibles, azules abismales... rojo de alumbre y azul de lapislázuli traído de más allá del mar. (Miniar significa, literalmente, colorear en rojo. Viene de la palabra minium, así se llamaba en la Edad Media al cinabrio, al sulfuro de mercurio de color rojo vivo. ¿No se echa de menos a veces la espléndida profundidad de aquellos colores preñados de luz?)
Irma Gruenholz sabe usar el color, es profundo, y puro, y distinto, e ilustra con plastilina. Es tan buena que, más que palabras mías, os dejo su página y su blog, para que lo disfrutéis vosotros mismos:
http://www.deplastilina.com
http://iirma.blogspot.com/
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