lunes, 30 de agosto de 2010

Luz







Es difícil describir las horas que siguen a la mañana, el mundo envuelto aún en el frío nocturno, entre rocío, jirones de niebla y los restos, como sombras que se rinden, del silencio y la magia de la noche, cuando la luz no ha terminado aún con la calma y todo brilla, envuelto aún en el halo mistérico de los sueños. ¿Os habéis despertado alguna vez en el monte, envueltos por la niebla, con el cielo claro tan alto que parece ajeno al mundo que pisas, sintiendo que el silencio y la noche pierden pero aún no se ha instalado sobre el mundo el ruido de las cosas vivas? Un poco de eso es lo que transmiten las fotos de esta chica, Minori . Más que un lugar, lo que quiero mostrar es un momento, o la antesala de un momento, la batalla que todos los días gana el sol, el segundo en el que la noche se retira, pero en el que ni el aire, denso y húmedo como si perteneciera a la niebla o pudiera quedarse prendido de las ramas de los árboles, lo sabe aún.

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