jueves, 3 de marzo de 2011

Triste vuelve la mañana

Quisiera romperme en mil pedazos
Caer como puzzle irresoluble
romperme y dividirme,
no volver a ser.
Lo que soy esparcido en mil pequeños trozos
No volver a ser.
Disuelta en trozos grandes y pequeños,
que, recompuestos, no puedan formarme otra vez..
Dejar de oír, de ansiar, de ver
rota en tantos pedazos que nada quede,
rota, ida la conciencia toda, con la sangre.
Pues sólo en la unidad está la mente
sólo en lo que es uno puede sentir un corazón,
y soñar con tanta fiereza el alma.
Que se rompa.
Tan rota, quebrada, desmembrada
que nada quede.
Que antes de que se levante,
como miríada de palomas sucias,
el ruido con el que me parta,
en la tierra tambor de de presencias,
se hayan apagado todas y cada una de mis pasiones.
Romperme en un millón de trozos,
dos millones,
más,
ser parte del aire,
ser nada.
Deshacerme.
Formar parte del silencio, del polvo, de otros pasos...
Nada
Nada

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