viernes, 8 de julio de 2011

Hacer de mi mente un amigo

Credo del Guerrero ( Japón s.XV)

No tengo padres.
Hago de los cielos y de la tierra mis padres.

No tengo casa.
Hago de la consciencia mi casa.

No tengo vida ni muerte.
Hago de las mareas de mi aliento mi vida y mi muerte.

No tengo poder divino.
Hago de la honradez mi poder divino.

No tengo recursos.
Hago de la comprensión mis recursos.

No tengo secreto mágico.
Hago del carácter mi secreto mágico.

No tengo cuerpo.
Hago de la resistencia mi cuerpo.

No tengo ojos.
Hago del resplandor del relámpago mis ojos.

No tengo oídos.
Hago de la sensibilidad mis oídos.

No tengo estrategia.
Hago de "lo no ensombrecido por el pensamiento" mi estrategia.

No tengo designios.
Hago del "aferrarse a la ocasión cuando se presenta" mi designio.

No tengo milagros.
Hago del recto proceder mi milagro.

No tengo principios.
Hago de la adpatabilidad a cualquier circunstancia mi principio.

No tengo táctica.
Hago del vacio y la plenitud mi táctica.

No tengo talentos.
Hago del ingenio presto mi talento.

No tengo amigos.
Hago de mi mente un amigo.

No tengo enemigos.
Hago del descuido mi enemigo.

No tengo armadura.
Hago de la benevolencia y la rectitud mi armadura.

No tengo castillo.
Hago de la mente inamovible mi castillo.

No tengo espada.
Hago de la ausencia del yo una espada.


Hermoso poema japonés, conocido como el “Credo del Samurai” o “Credo del Guerrero”. Se atribuye su autoría a algún desconocido samurai del siglo XIV.

No hay comentarios:

Publicar un comentario