viernes, 24 de abril de 2009

El camino irremisible hacia la noche


Michal Karcz en Deviantart

Así como muere la mañana
combada bajo el peso de la luz,
y varada queda
convertida en ecos y oleaje,
ante la boca abierta
púrpura y ámbar
de la noche, la negra barrera,
Siempre la última.
Así moriremos también nosotros
doblados, perdidos, abiertos, divididos
bajo el peso de la luz en las entrañas
en las cuencas de los ojos
en las vacías manos tan blancas...
Solos ante la blanca orilla,
ante el mar, al que nos abisma,
El mar
sombra, vientre y espejo vacío,
alma de todos los espejos
cuna de abismos
padre del desaliento
fin de toda luz...
Reencuentro, tumba y abrazo frío
olvidado...
Es la luz que deslumbra y desgasta,
la que nos arrojara primero al mundo.
La que nos abre y arrastra, divide y ancla.
Nos guia luego hacia el muro,
más abajo,
más abajo
la nada
a nosotros, criaturas de noche y arena,
sin ojos ni alas.
Eso implica la Luz.
Porque en el primer alba
o bajo la noche más oscura
es el simple vivir,
de araña vieja tejido paciente de vida, calor y luz,
el entramado de sueños y cenizas amargas
que nos sustenta, el resultado de vida:
La vida, es lo que mata

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