martes, 28 de abril de 2009

Lejos de la mirada de Dios

Epígrafe para un Libro Condenado Por Charles Baudelaire
Las Flores del Mal, traducción de Ulyses Petit de Murat.


Lector apacible y bucólico, sobrio e inocente hombre de bien, arroja este libro saturniano, orgiástico y melancólico.
Si no has estudiado tu retórica con Satán, el astuto decano, ¡arrójalo!
No comprenderás nada de él, o me creerás histérico.
Pero si, sin dejarte hechizar, tu pupila sabe sumergirse en los abismos, léeme, para aprender a amarme; alma curiosa que sufres y andas en busca de tu paraíso ¡compadéceme! Sino, ¡yo te maldigo!


La Destrucción


A mis costados, sin cesar, se agita el Demonio;
flota a mi alrededor como un aire impalpable;
lo aspiro y siento que abrasa mis pulmones
y los llena de un deseo eterno y culpable.
A veces toma (conoce mi gran amor por el Arte)
la forma de la más seductora de las mujeres y,
bajo especioso pretexto de aburrimiento,
acostumbra mis labios a filtros infames.
Me conduce así lejos de la mirada de Dios,
jadeante y rendido de fatiga, en medio de las llanuras del Hastío,
profundas y desiertas, y lanza a mis ojos llenos de confusión
¡vestidos manchados, heridas abiertas
y el parto sangriento de la Destrucción!

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