jueves, 7 de mayo de 2009

Leyendo somos


Leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe qué será...(Italo Calvino)
"El acto de leer establece una relación íntima, física, en la que participan todos los sentidos: los ojos que extraen las palabras de la página, los oídos que se hacen eco de los sonidos leídos, la nariz que aspira el aroma familiar de papel, goma, tinta, cartón o cuero, el tacto que advierte la aspereza o suavidad de la página, la flexibilidad o dureza de la encuadernación, incluso el gusto, en ocasiones, cuando el lector se lleva los dedos a la lengua (que es como el asesino envenena a sus víctima en El nombre de la rosa)”.
"Para cualquier lector es obvio que las letras se captan por medio de la vista. Pero, ¿cuál es la alquimia que las convierte en palabras inteligibles? ¿Qué es, en realidad, el acto al que llamamos lectura?"
Una historia de la lectura, (Una, porque historias de la lectura hay tantas como lectores) son 450 páginas arropadas por estupendas ilustraciones, caricaturas, retratos, fotografías de esculturas, dibujos y grabados que conforman esta historia. Una mezcla de anécdotas, memoria, fantasía, psicología, historia...servida con una prosa limpia, de confidencia, de carta manuscrita, completada con miles de detalles sabios que demuestran una enorme documentación.
El autor comienza, además, con una confesión, “quizá pudiese vivir sin escribir. No creo que pudiera vivir sin leer”.
Alberto Manguel tuvo tanta suerte, que cuesta creerlo y más, contarlo: En su trabajo de ayudante en una librería en Buenos Aires, donde empieza siendo aún bien joven, conoce a Borges, ya mayor, quién le propone que le haga de lector. Y él aceptó, un poco sin ser consciente de para quién iba a leer. Así que no sólo se relacionó con la literatura desde bien joven, sino con una de las voces más eruditas de ésta, sí, ya sé que era él quien leía, pero a Borges, que le abrió las puertas a Kipling, Stevenson, Joyce, Wilkins, Keats, Webster... en una época, además, en la que aún no había betseller, o no como ahora, y “No leías los libros de un tirón, sino que te detenías; los habitabas, te quedabas prendido entre sus líneas”.
Sí, es la historia de los libros, y con ella, la nuestra, la de los lectores, de cómo se dejó de leer en voz alta y nos acostumbramos a hacerlo para cada uno, de como se forjaron y separaron los géneros, de como los libros empiezan a pertenecer a sus autores en vez de ser ánonimos, pero es también un gran libro, una suerte de novela biográfica.
Ha escrito, también, Agua negras. Antología del relato fantástico Una antología del relato fantástico que se muestra como una llave maestra para asomarse a ese incierto terreno en que lo imposible se filtra en lo posible, la forma en la que la literatura gótico se hizo llamar así, moviéndose sibilina en un terreno, en el que, según expresión de Wallace Stevens, las Agua negras irrumpen en la realidad. La selección, realizada según un criterio puramente personal por Alberto Manguel, alberga desde Kafka o García Márquez, pasando por Borges, Nabokov, Cortázar o J. Mª Merino. Muy recomendable, desde luego, pero sin la luz que emana del primero del que os hablo.

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