jueves, 30 de julio de 2009

Eguzkilore zilarretan bihurtu





Eguzkilore®
® UN DISEÑO ORIGINAL INSPIRADO EN LA MITOLOGIA VASCA

Eguzkilore® es la joya basada en la vieja tradición vasca de colocar una flor de cardo seca en la puerta de entrada de los caseríos para proteger el hogar. Esta costumbre, que todavía puede observarse en algunos pueblos, es una creencia tan antigua como el propio sol, del que la flor ha tomado nombre, ya que Eguzkilore significa "flor del sol".
Esta flor vuelve a nuestro tiempo en forma de una joya que nos cuenta una vieja historia y nos traslada a los orígenes, cuando las fuerzas naturales guiaban nuestro mundo espiritual...

Historia

Al principio de los tiempos, el sol era uno de los poderes más relevantes que guiaban el mundo. Sus propiedades alcanzaban mucho más allá de los beneficios naturales que proporcionaba para el desarrollo de la vida humana, atribuyéndosele grandes poderes místicos.

En nuestra tierra este poder estaba simbolizado, entre otros muchos elementos, por el Eguzkilore. Colocándolo en la entrada del caserío otorgaba la protección del sol a sus moradores. Con él "la casa" estaba segura ante los espíritus que habitaban en la noche, ante la tormenta o el trueno.

Para los vascos, la palabra "casa", Etxe, tenía un significado más amplio que el edificio físico o que el concepto "hogar". Etxe era un lugar espiritual, un templo en el que sus habitantes vivían en armonía con los antepasados, a los que se hacía ofrendas. Era también donde se daba sepultura a los difuntos, un lugar sagrado. Esta "casa" estaba protegida por la lumbre de la chimenea y por símbolos como el Eguzkilore.

LA LEYENDA
La historia del Eguzkilore ha llegado hasta nuestros días envuelta en leyendas que se contaban durante la noche, a la luz de la lumbre de los caseríos, transmitidas de abuelos a nietos, de generación en generación...

"Durante la noche, las Lamias -personajes de la mitología vasca- se acercaban a los caseríos donde había un recién nacido para llevárselo con ellas. Cuando llegaban a la puerta, tan sólo tenían que contar los pétalos del Eguzkilore colgado y decir el número en alto para traspasar el umbral y alcanzar el objetivo deseado.

Pero estas deidades femeninas no dominaban los números y esta flor tiene gran cantidad de pétalos, así que comenzaban -1, 2, 3, 4,...- y siempre se equivocaban, teniendo que volver a empezar a contar. Así sucedía una y otra vez... hasta que el sol lanzaba sus primeros rayos. Las Lamias huían despavoridas por su poder y se retiraban a sus cuevas... para seguir intentándolo noche tras noche, según dice la leyenda, sin éxito."

http://www.eguzkilorejoya.com

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